¿Qué es la transformación digital y sus principales retos?

La Transformación Digital empresarial: Más que un reto tecnológico un reto cultural

Si bien la expresión “Transformación Digital” en el ámbito empresarial y de negocios viene sonando desde antes de la pandemia y para muchos ya es un concepto trillado; la realidad es que muchas empresas, sobre todo las MiPymes, aún se enfrentan a grandes dificultades cuando se trata de implementar y desarrollar sus modelos empresariales, apropiando el gran abanico de herramientas digitales que la cuarta revolución industrial pone a su disposición, dejándolas rezagadas y a la deriva en un entorno cada vez más virtualizado. Es por esto que en el “afán digital” de las empresas, se vuelve indispensable la consolidación de una cultura organizacional dinámica, flexible y colaborativa que permita al talento humano, no solo facilitar y adoptar la transformación, sino ser parte activa en la construcción del nuevo capital digital empresarial.

A pesar de que conceptos como: Cuarta revolución industrial, Big Data, Cyber seguridad, Internet de las cosas, entre otros, aparecen a partir de la segunda década del siglo XXI; es con la Pandemia por COVID 19 de finales del año 2019 que todo este universo se acelera de una manera sin precedentes, impactando sobre todo el mundo de los negocios, las empresas y la interacción con sus audiencias. Es entonces cuando se empieza a “fusilar” el concepto de “transformación digital” y todas las empresas debían “transformarse” si quieren sobrevivir al vendaval. Así, el tejido empresarial entendió que debía construir un sitio web, entrar al mundo de las redes sociales, habilitar un chat por WhatsApp e implementar un sistema de información para generar y analizar los datos de sus negocios. Sin embargo todo esto era solamente la punta del iceberg, lo que realmente debía y debe ocurrir es una “transformación cultural” que permita a las empresas obtener el máximo beneficios de estas tecnologías disruptivas, adaptarlas a sus procesos de negocio y sobre todo, no perderse en el camino ni mal gastar recursos en herramientas que en muchos casos no logran implementar exitosamente. Pero, ¿Por qué?; básicamente porque son las personas al interior de las organizaciones quienes deben apropiar las tecnologías, probarlas, utilizarlas, incluirlas en sus rutinas y flujos de trabajo, bien sea de cara al cliente o en procesos internos de cada área. 

Es así como el concepto de “cultura organizacional” se vuelve fundamental, entendiéndolo como el conjunto de comportamientos, normas, valores y filosofías que direccionan el comportamiento de los individuos al interior de la organización. Entonces, en una cultura organizacional donde se fomenta la construcción colectiva del conocimiento, donde se fomenta la creatividad y la innovación, donde se permiten amplios canales de comunicación, con metodologías y rutinas bien definidas y en donde prevalece un estilo de liderazgo estructurado, seguramente la tan anhelada “transformación digital” sucederá con mayores posibilidades de éxito.

A continuación les comparto los 7 elementos clave a desarrollar, validar y/o actualizar en la cultura organizacional de sus empresas para facilitar la evolución digital de sus ofertas de valor:

Desde la alta gerencia, hasta el cargo más operativo de su empresa debe tener una mentalidad flexible, lo que implica que los conceptos/procesos no “están escritos sobre piedra”, que se pueden cuestionar y son sujetos a potencial mejoramiento; que en la organización se es tolerante frente a los errores y estos se toman como oportunidades de aprendizaje y mejoramiento. Así mismo, al interior de la organización cada persona y cada rol en ejecución, tiene total empoderamiento de sus responsabilidades y éstas se desarrollan en un ambiente donde se confía tanto en las capacidades como conocimientos individuales. Con estas bases, al momento en el que la organización se enfrenta a una nueva herramienta tecnológica, a una transformación disruptiva, las personas lo tomaran simplemente como “un nuevo proyecto” que si bien modificará algunas cosas, acelerará otras, obligará al aprendizaje y generará alguna fricción; como compañía “ya estamos acostumbrados” a enfrentarnos a estas situaciones y como equipo humano podremos hablar sobre el tema, cuestionar el tema, equivocarnos sobre el tema, hasta llevarlo a feliz término.

Por supuesto, es fundamental que las personas que harán la adopción temprana de las nuevas herramientas y/o prácticas digitales en la organización, reciban la formación pertinente, entiendan el qué, el para qué, el cómo y sobre todo el impacto de “lo nuevo” al interior de la organización. Pero no es solamente una capacitación inicial; sino un proceso continuo de formación, entrenamiento y actualización, que les permita no solo aprender sino también volverse embajadores y capacitadores para las demás personas que deberán adoptar las nuevas maneras digitales en las diversas áreas de la organización.

Es clave que la transformación digital, llámese implementación de un Ecommerce, incorporación de Inteligencia artificial en procesos de negocios, adopción de herramientas de analítica y Big Data, esquemas de Cyber seguridad, Internet de las cosas o la migración hacia el hoy conocido Metaverso; no caigan sobre las cabezas del equipo humano de la empresa de la nada, sin previo aviso, simplemente como algo “mandatorio dese arriba”, “es que esa es la directriz y punto”. ¡NO!, cualquier proceso de adopción tecnológica, de migración a nuevos modelos digitales de trabajo, debe edificarse de abajo hacia arriba, teniendo en cuenta al equipo humano impactado; segura y no necesariamente desde el peldaño más pequeño, pero si involucrando diferentes niveles, expertos y usuarios de la organización. Esto generará la percepción colectiva de que estamos trabajando en “un proyecto de todos” y que cada elemento está contribuyendo de forma contundente al crecimiento y evolución de la empresa. Adicional, las personas involucradas se convertirán en “embajadores” del proyecto y ayudaran a mitigar – evangelizar a aquellas personas que puedan presentar dificultades en la adopción tecnológica.

Nada más trágico para un proceso de transformación digital, que las personas sientan y lo vean como ajeno o en contravía de la estrategia organizacional; que sientan que la empresa va para un lado y este “nuevo proyecto” va para otro, pues las personas asignadas al proyecto lo verán como una pérdida de tiempo y esfuerzo, como un retraso en sus verdaderas responsabilidades y que solo va a generarles desgaste. Desde la divulgación del proyecto, se debe dejar muy claro el impacto que genera en la organización, porqué es importante y necesario, qué beneficios traerá tanto a la organización como al trabajo individual de cada rol y cómo con esta implementación “nos acercamos con pasos de gigante” al cumplimiento de la estrategia organizacional. Las cabezas, los líderes de la organización deben estar totalmente convencidos del proyecto, deben ser los embajadores, pues ellos serán los encargados de energizar, alinear y motivar a sus equipos para que no desfallezcan en el proceso, el líder del proyecto debe “recibir las balas” y levantar la moral del equipo cuando venga la tormenta.

Una cultura organizacional cerrada, demasiado enmarcada en la tradición del “siempre lo hemos hecho así”, será un obstáculo muy difícil de derrotar. Pues esta rigidez, viene desde los altos mandos y permea a toda la organización, por lo que los individuos serán muy reacios al cambio, a las nuevas formas de hacer las cosas. Acá se vuelve determinante la visión empresarial de la alta gerencia, el constante cuestionamiento de los procesos actuales, la incansable búsqueda de mejores formas de hacer las cosas; pero sobre todo, las herramientas, artefactos y mecanismos organizacionales, que permitan a esta filosofía de siempre innovar y de mejoramiento continuo llegar a todos los niveles de la organización. Que encontremos gozo y placer en el cambio, que nos genere adrenalina, que nos emocione y que sea un catalizador para llevar nuestros trabajos y por ende la organización a un nuevo y muy superior nivel.

Un poco apalancado en el punto anterior, pero viéndolo desde los artefactos y rutinas de seguimiento establecidos en la organización, es fundamental que todo proceso de transformación digital – adopción tecnológica cuente con esquemas cíclicos de seguimiento, evaluación y mejoramiento, con una frecuencia claramente definida, una fecha de inicio, etapas, entregables, responsables y fecha de cierre. No puede volverse “el proyecto eterno que nunca se terminó”. Es fundamental definir desde un principio, el alcance, el entregable final y cuando sale a producción. Solamente en una cultura disciplinada, se logran resultados sobresalientes; y los procesos de transformación digital no son la excepción.

Por último, pero para muchos teóricos sobre el tema, lo más importante: Sea cual sea la herramienta, artefacto, tecnología que se quiera adoptar, debe estar pensada y estructurada colocando al cliente en el centro, pues es él quien recibe el valor que generamos como organización, es él quien está dispuesto a pagar por lo que sea que ofrezcamos, quien está dispuesto a recomendarnos y al final, es la razón de ser de nuestros negocios. Sea un negocio B2B, B2C o B2G, la satisfacción, felicidad y bienestar de nuestro cliente es la que nos permite seguir transitando el camino empresarial. Sin clientes no hay negocios. Así las cosas, la adopción digital que queramos llevar a cabo en nuestra organización debe optimizar algo para el cliente, facilitar algo, agilizar algo, economizar algo; si por el contrario, al momento de implementar un proyecto de transformación digital, no es tan claro el beneficio para el cliente o por el contrario, él deberá pagar los platos rotos. Piénselo dos veces, puede estar destruyendo valor.

Teniendo en cuenta lo anterior, la invitación es a que se anime a potenciar su negocio utilizando el gran portafolio de soluciones tecnológicas que ofrece esta era de cambio en la que vivimos, aprovechando toda la fuerza que el mundo digital le puede otorgar; desde soluciones gratuitas para administrar la relación con sus clientes (CRM), potenciando sus ventas a través de los sitios web y las redes sociales, inclusive aprovechando los grandes beneficios en costo eficiencias y velocidad que la híper automatización de procesos (BPM + RPA + IA) pone a su disposición. Lo que sea que usted esté pensando, lo que sea que esté necesitando y lo que aún no se le ha ocurrido, se puede lograr en esta cuarta revolución industrial. Pero ojo: involucre siempre y prioritariamente a las personas de su organización, genere ambientes flexibles y de confianza, permita tanto el error como la construcción colectiva del conocimiento, mantenga a su talento humano actualizado y fomente el entorno idóneo de cultura digital para que pueda surfear la ola y no sufrirla.

Desde Todosistemas STI, como expertos en procesos de transformación digital con más de 20 años “surfeando la ola”, tanto en Colombia como en LATAM, estamos dispuestos y felices de poder ayudarlo en su proceso. Si usted llegó hasta este punto, seguro está interesado en “tranformarse digitalmente”. ¡Escríbanos, diligencie el formulario y cuéntenos como podemos ayudarlo! Nuestra pasión es el desarrollo tecnológico de nuestros clientes, es decir ¡el suyo!